Roma, marzo 1961
Un día se lo contaba con lágrima a Pepe Gonzalez Marín; yo lo estaba oyendo, estaba preparándole para que policromara una cabeza, y le decía: "Pepe de mi alma, todavía no lo creo"... "Cuéntame". Yo entré detrás de aquellos como absorbido por su ira y me quité el sombrero; estaba en la Iglesia; no sabía qué hacer y - me lo encasqueté con rabia; vi que uno entré en nuestra Capilla, abrió la verja y empezó a flagelar a nuestro Cristo. Yo di un, zarpazo, le cogí una pierna y lo insulté: él levantó el palo con furia para darme con él en la cabeza, yo lo miré como rompiéndole la cara, y él, descargó su furia sobre la pierna del Cristo, rompiéndola, le hizo saltar el clavo y por la punta debajo de la rodilla saltó la astilla divina... Papá le decía a González Marín: Pepe, todavía tengo en los oídos el crujir del cedro; fue como si la escultura andaluza se quejara toda... "Hubo un suspiro, una gran pausa. y la humedad de la sala baja se caldeó. Gonzalez Marin abrazó a Papá y le dijo: "Paco Palma, eres un poeta; tu gesta en aquella nave de Santo Domingo es digna de un caballero andaluz como tú. ¡Bravo!"...
Continúa... ¡No, Pepe, otro día!"... En otro momento continuó su relato Julio Trenas, que era como yo, pero mas listo que todos nosotros; supo, no se por quién que Papá continuó su relato y me lo contaba: "Tu Padre, Paco, cuando aquel que le rompió la pierna al Cristo se fue asustado por la mirada de tu padre, empezó a retirar los bancos, vitrinas y reliquias que había en la capilla. La dejó limpia de leña para que el fuego no se comunicará, salió a la nave central cerrando la verja; dice que saltó por encima de un gran rollo que había ardiendo; pensó que fuera el manto de la Esperamos, dice que sus llamas eran verdes y el humo olía a romero.
Buscaba como loco, a alguno que le ayudara a descolgar el Cristo; vio como ardía la Virgen de Belén, rota como un cascarón, y guardo un trozo de aquella maravillosa talla; el humo era lo bastante denso e irrespirable, salió a la calle, y se encontró a los bomberos; se dirigió a Ramírez y llorando como un niño, le pidió dos hombres; Ramírez fue con él y entraron nuevamente en la lglesia; se amarró un pañuelo como los bomberos entre llamas y astillas rotas, entraron de nuevo a la Capilla, Papá, ayudado de Ramirez, descolgaron el Cristo. Papa le rompió los brazos con el coraje que le caracterizaba los unió al cuerpo (Con el manto de la Virgen, "parecería un Nicodemus") Él en este momento quería salvar a su Cristo, que amaba, y la talla maravillosa, deciéndole el homenaje más maravilloso que un escultor hizo en todos los, porque amaba a Pedro de Mena y era su Maestro ideal, porque Mena era medio Granadino y me dio Malagueño como Papa, porque Papé era Antequerano, que es decir medio Malagueño.
Bueno, de

Lo que pasó después, tu ya puedes hablar, porque Julio Trenas esta en Madrid, y él como los amigos de Papa, que nos ayudaron y quisieron que nuestra familia siguiera, ellos fueron los que, a pesar de ser yo un niño, modelara su nuevo Cristo, el de de la Buena Muerte, y yo, con toda toda esta historia mamada y con la gran devoción a nuestro Padre en todo sentido, como hombre, padre y maestro, él fue en Málaga el último clásico quiso salvar su historia y dio su vida como los buenos.
Yo modelé mi Cristo como homenaje a esta tradición, ablandé el barro que el dejó cogido en el Ejido. Le di forma pensando siempre en él, y el Milagro se cumplió; porque fue Papá; mientras yo dormía sueños ingenuos, él, de madrugada, daba forma al barro, verde como su Esperanza.
Cuando yo continua, veía sus manos como saetas que ya cantaran sus gitanos. Cuando lo tallaba en aquel pino maravilloso sus astillas rompían el cuadrado bloque, porque crear es dar libertad a la belleza... y de esta forma, una noche de primavera, de esas que a Málaga acaricia nuestro Cristo, el Cristo de Palma, ya no era el de Mena, porque Mena, como premio al heroísmo que Papá entregó una madrugada para salvar su obras le dijo: Tú mereces que mi Cristo sea tuyo; tu hijo lo tallará, para que Málaga nos recuerde como dos hermanos que amaron su Cristo.
Pepito, este es el momento para que Málaga sepa que el Cristo de la Buena Muerte de Mena es ya de Palma, ganado en buena lid.
Un abrazo.
PACO.
PACO.